jueves, 4 de octubre de 2012

Mentiritas

- No te llegó el msj? Cómo, si yo te lo mandé
- No, no me llegó, podes creer?

Esa charla la tuve mil veces con mi proveedor de muzzarella, cuando el tipo me dejaba en pelotas sin el pedido. Y la respuesta es: No, no te creo.

Vivimos mintiendo. Usando mentiras que no hacen daño pero que a la larga se nos hacen costumbre.

"Se me rompió el otro celular y perdí todos los contactos". Cuando tu amigo insoportable te reclama que porqué no lo llamaste más para el partido de fútbol. O "Me quedé sin crédito" (a esa la odio)

"Che, me dijo María que el domingo se reunieron para comer un asado. ¿Por qué no me invitaron?"
"No, lo que pasa que surgió así nomás. Nos cruzamos en la calle y salió la idea"

Los religiosos nos dicen, si mentís, te vas al infierno. Los psicólogos nos dicen que sufrimos de mitomanía, que somos unos mentirosos compulsivos y habituales. Los de nuestra misma especie (otros mitómanos) se justifican con que si somos frontales, causamos daños severos.
Es más fácil decir que somos mentirosos porque una rara enfermedad en nuestra cabeza, nos obliga a mentir.
Como no soy bueno a la hora de definiciones, otra vez me metí en Google (aca googleamos todo) y busqué "mitomanía". Entre tantas frases rescaté:
1- Las historias contadas no son del todo improbables, ya que a menudo tienen algún atisbo de verdad. Digamos, mentimos a medias.
2- Las historias no son delirios o una manifestación de la psicosis: si se le presiona, el mentiroso puede llegar a admitir que lo que cuenta no es cierto, aunque de mala gana. Aca deja caer al piso el "aunque vengan degollando nega todo". Cuando habla de presión, ¿se referirá a una presión en los testículos?
3- La tendencia a mentir es duradera, no es provocado por una situación inmediata o por la presión social sino que más bien se trata de una característica innata de la personalidad. Es decir, si naciste mentiroso, mentiroso morirás. Lo haces por hobbie, por gusto. Ahora, viéndolo así, el mentiroso de este tipo no puede jugar al truco, pues si tiene pocos puntos para el envido, dirá que tiene para la falta envido , o cuando tenga el ancho de espadas, llorará diciendo que no tiene nada, haciéndole fácil la detección de sus cartas al equipo contrario.
4- Las historias contadas tienden a presentar al mentiroso de manera favorable. Conclusión, nos convertimos en un tarzán ultrapoderoso y el taparrabos no cubre todo lo que debería cubrir.

A mis hijos le vivimos diciendo que la mentira es mala.Que la mentira siempre lleva a problemas. Pero cuando solemos decir este tipo de mentiras, mi hija mayor me recalca que estoy mintiendo. Entonces, para justificarme, le digo que a veces uno tiene que mentir. Por ejemplo, si miento para que mi suegra no venga el domingo a casa, diciéndole que no vamos a estar, tengo que decirle a mi hija que mentí porque no le puedo decir directamente a mi suegra que no venga porque no la soporto, porque le haría daño y enfermaría. Digamos que termino mintiendo dos veces. Pero dejé a dos personas tranquilas con mi mentira. Es decir, soy un santo.

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Hablando de mentiras, esta semana se habló mucho de un falso hermano de Marley (Alejandro Wiebe). Pero yo, en una ardua investigación, di con el verdadero hermano menor de nuestro querido Marley:


Shhhh, es el actor Jon Heder, y no es el hermano de Marley, solo comparten el mismo dentista.

Hasta la próxima mentira

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